El diseño de KieranTimberlake ha sido el proyecto seleccionado por el Departamento de Estado para la nueva Embajada de USA en Londres.

El proyecto es el resultado del esfuerzo de KieranTimberlake por resolver, en términos arquitectónicos, lo que una embajada aspira a ser y, a su vez, lo que en la actualidad debe ser.
 El desafío formal radica en expresar los ideales fundamentales de la  democracia -transparencia e igualdad - y hacerlo de tal manera que el  resultado sea a la vez seguro y acogedor. Al mismo tiempo, el edificio  debe encarar los retos medioambientales al que hoy en día se enfrentan  las naciones con un diseño sostenible de vanguardia.
El equipo KieranTimberlake incluyó a OLIN como Arquitectos Paisajistas;  Arup para la Sostenibilidad, MEP / FP e Ingeniería Civil; Weidlinger  Associates para la Ingeniería Estructural, Gensler para el diseño de los  lugares de trabajo; Davis Langdon como Consultora de Costos y Sako  & Associates en Técnica de Seguridad.

Parque Urbano
El edificio de la embajada se ubica en el centro de Nine Elms y  desarrolla el área circundante como parque urbano. La nueva embajada  cumple con todas las normas de seguridad necesarias y, al tiempo,  respeta la tradición inglesa de parques urbanos y jardines como contexto  para sus edificios cívicos. La nueva embajada, con sus jardines, se  establecerá como un sólido marco para el desarrollo y la reurbanización  de la zona de Nine Elms.
Habrá dos rutas principales este-oeste para peatones y vehículos, una  existente y otra propuesta para mejorar la infraestructura y para apoyar  el desarrollo de Nine Elms. La existente está a lo largo del  embarcadero sur del Támesis, un camino paralelo al Nine Elms Lane. La  nueva propuesta, al sur de la embajada, es un camino peatonal que unirá  el sitio de la embajada con la Vauxhall  Station, la estación de metro  más cercana al este, y con el propuesto nuevo desarrollo Battersea, al  oeste. Asentado estratégicamente a mitad de camino entre estos dos  trayectos paralelos, la embajada se convierte en parte de un parque  urbano que conecta el embarcadero del Támesis con la nueva vía peatonal  hacia el sur.
Los pavimentos, alrededor y dentro del sitio de la embajada, utilizan la  familiar piedra caliza que puede encontrarse en muchos parques y rutas  de Londres. Los Plátanos -típico árbol londinense- proporcionan sombra y  conforman el perímetro a lo largo del Nine Elms Lane, así como en el  nuevo camino hacia el sur que conectará el sitio con la estación de  Vauxhall.
Visto desde el norte, a lo largo del embarcadero del Támesis y del Nine  Elms Lane, el nuevo parque de la Embajada contiene un estanque con  paseos, lugares para sentarse y disfrutar del paisaje abierto a todos  los ciudadanos de Londres.
Los árboles cerca del estanque son especies de América del Norte, como  el Sauce Llorón y el Ciprés Calvo. Otros, aunque nativos de América del  Norte, hace mucho tiempo fueron llevados a Inglaterra y ahora ya son  comunes en el paisaje inglés.
Visto desde el norte, desde la plaza propuesta, el edificio de la  embajada proporcionará la perspectiva de un parque, un paisaje de césped  subiendo hacia la columnata de la embajada, con los necesarios límites  de seguridad tallados en la ladera y fuera de la vista. En lugar de un  perímetro de recinto amurallado, el sitio hacia el norte y el sur se  presenta como parte de un amigable equipamiento urbano, un parque para  la ciudad que fusiona la nueva embajada con la ciudad de Londres.  Alternativamente, en lugar de paredes perimetrales y cercos, la  seguridad se logra a través del diseño del paisaje.
La forma en espiral del paisaje se expresa a través de los paseos y las  plantaciones, de tal manera que éstos se abren hacia la ciudad y, hacia  el interior, envuelven el edificio para luego moverse hacia arriba,  dentro y a través de la embajada. Como elección formal, el jardín en  espiral es significativo ya que representa la conexión del paisaje con  la construcción.
Las conexiones con el entorno urbano surgen de una geometría abierta,  tanto en las existentes en la ribera del Támesis como en el camino  peatonal  propuesto entre Vauxhall y Battersea.
Los caminos y las formas del paisaje comienzan su recorrido en espiral  en los límites exteriores del sitio y se extienden más allá de la laguna  hasta el acceso principal para el personal y los visitantes.
En el lado opuesto al vestíbulo principal, la galería en espiral  desciende hacia el norte culminando en el gran hall de usos múltiples  que se confunde arriba con el camino al Consulado.
En la entrada principal, el espiral continúa más allá del gran arco del  jardín del  Consulado, llevando al visitante hasta el paseo y al  vestíbulo del Consulado con vistas al estanque y el embarcadero del  Támesis, al norte.
El visitante sigue esta espiral dentro de la embajada, gira alrededor  del núcleo y continúa hacia arriba hasta el piso del Consulado.  Detenerse en el camino para mirar desde arriba el vestíbulo principal,  es el momento donde los necesariamente separados mundos del personal del  consulado y sus visitantes se cruzan visualmente.

La Cancillería
 Los jardines interiores continúan verticalmente dentro de la nueva  embajada mientras el espiral sube por el núcleo hacia la cada vez más   seguro y cerrado centro en la cumbre de la estructura. Estos jardines  proporcionan lugares de encuentro y circulaciones verticales  adicionales. Las plantas para cada jardín son elegidas por su capacidad  para crecer en orientaciones específicas, por su representación de la  diversidad del paisaje americano y según su adecuación para cada tipo de  uso.
La cancillería es un cubo cristalino y transparente que resulta a la vez  eficiente y evocativo.
Representa la relación óptima entre un máximo volumen y un mínimo  perímetro, con el consiguiente beneficio en el uso de la energía. Sus  precisas dimensiones ofrecen, para el personal y los visitantes, la  distancia óptima a la luz natural y a las vista.
Como geometría pura, la forma cúbica es un antiguo significante de  solidez, fortaleza y permanencia, todas ellas cualidades de la  democracia.
Su superficie se genera a través de la interfaz entre los facetados  parasoles exteriores que actúan como colectores y los cristales  resistentes a la explosión.
Este cristal, con una trama de etileno-tetrafluroetileno (ETFE), ha sido  optimizado para dar sombra al interior desde el este, el oeste y el  sur, admitiendo la entrada de luz diurna y permitiendo a su vez vistas  abiertas hacia el exterior. Su patrón visualmente fragmenta la fachada e  intercepta la ganancia solar no deseada transformándola en energía por  medio de la energía fotovoltaica de la fina película situada en las  láminas de ETFE. El diseño de esta trama es vertical, horizontal y  diagonal para eliminar la direccionalidad en la masa edificada. La trama  también hace visibles las fachadas transparentes impidiendo los choques  de las aves migratorias.
En cada fachada, el ETFE contiene aire presurizado que aísla los  cristales y disminuye la transferencia térmica.
La parte superior del edificio está revestida con un generador  fotovoltaico cristalino en toda la cubierta, ocultando los equipos de  control mecánico de la vista.
La matriz total de la cristalina y fina película de energía  fotovoltaica, en sus 8.300 metros cuadrados, significa un ahorro de más  de 345.000 kWh de energía.

La diplomacia del arte
 Una iluminada ‘light art’ envuelve la pared principal en un lugar  prominente detrás de la columnata.
En el interior del vestíbulo principal y de la Cancillería las obras de  arte son visibles a través de cristales desde la entrada principal y  desde el estanque. Hacia el sur y suroeste las paredes exteriores son  obras de arte. A medida que se desarrolla sobre el núcleo central, el  arte puede ser experimentado en los espacios públicos importantes y  desde el exterior como continuidad de la espiral de los paseos y de la  forma del paisaje.
En el hall principal, el muro de arte se detiene en el centro para  declinar hacia un muro de piedra en la que se inscriben los nombres de  los embajadores previamente designados a la Corte de St. James.

Paisaje
En lugar de crear un basamento para dar cabida a los grandes programas  situados en los niveles más bajos del edificio, la columnata se asienta  sobre un montículo de tierra con una ligera elevación. Dentro de esta  forma del paisaje se ubican las rampas a los garajes de estacionamiento y  servicios, el sótano con sus áreas mecánicas hacia el sur, y el nivel  más bajo de la galería y su espacio polivalente para reuniones en el  norte y el oeste.
En lugar de fragmentar la embajada con un basamento y una torre, esta  estrategia transforma las huellas de los grandes niveles más bajos junto  con los pabellones de entrada adaptándolos a la forma del paisaje,  dándole mayor relevancia a la columnata de la embajada y logrando la  transparencia deseada.
La presencia visual del conjunto es la de un faro, un ícono que  representa la fuerza de la relación y el mutuo respeto entre los Estados  Unidos y el Reino Unido.
En la forma y la expresión de la Nueva Embajada de Londres,  KieranTimberlake busca una fusión integral del urbanismo con el sitio,  de la construcción y del paisaje.
Todos los elementos tienen un propósito de múltiples significados: la  imagen y la expresión formal, el medio ambiente y el urbanismo, la  productividad y la comodidad de los usuarios.
Los arquitectos de KieranTimberlake no creen que estos objetivos puedan  ser segregados. Deben trabajar juntos, de manera integral,  proporcionando nuevas sinergias que hacen que la forma de la nueva  embajada resuenan profundamente.
Conceptos de KieranTimberlake
Febrero de  2010
 
 
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