miércoles, 17 de marzo de 2010

New York obliga a Nouvel a recortar su rascacielos

¿Tiene Manhattan futuro como gran metrópolis? Se preguntaba Nicolai Ouroussoff, crítico de arquitectura de The New York Times, hablando de la resolución del Departamento de Planificación Municipal de recortar más de 60 metros la torre para el Museo de Arte Moderno, en la calle 53 de Manhattan, proyectada originalmente por Jean Nouvel para tener 380 m de altura.

“El diseño de Nouvel fue concebido como una aguja gigante, como el Empire State, pero sin el aspecto de caja. Apoyado por una matriz de vigas de acero entrelazadas que se va quebrando y estrechando a medida que sube, evocando un trozo de cristal. Las vigas van enrazadas con la superficie de cristal del edificio. Un restaurante subterráneo y un salón visible desde la acera actúan de base de toda la estructura”.
La particularidad del diseño se origina en sus proporciones esbeltas, en particular la relación exagerada entre su pequeño tamaño y su enorme altura. Visto desde la calle, sus fachadas en retroceso tienden a inducir una sensación de vértigo.
Las objeciones se dirigieron a la parte superior del edificio. Según dijo Amanda Burden, comisionada de planificación de la ciudad, "el equipo de desarrollo tenía que demostrarnos que estaban creando algo tan grande o incluso mayor que el Empire State Building pero el diseño aún no estaba resuelto."
Ouroussoff objeta que ciertos aspectos del diseño todavía no se habían desarrollado plenamente, ya que “los tres picos, demasiado simétricos, daban al conjunto un aspecto un poco estático, pero el equipo de Nouvel, podía resolver estas cuestiones afilando un poco más los puntos”. Y termina diciendo: “Con la restricción de la nueva altura en el lugar, sin embargo, su concepto de diseño original seguramente será disminuido. Y la pérdida de hasta 45.000 metros cuadrados de espacio también podría dar lugar a recortes en el presupuesto, lo que podría significar materiales más baratos e interiores más estrechos. O peor, podría empujar a Hines, promotor del edificio, en encontrar una manera de acumular más y más espacio en los pisos más bajos, lo que podría distorsionar las proporciones del edificio”.
Pero la mayor tristeza aquí, siempre según Ouroussoff, "tiene que ver con Nueva York y cómo la ciudad se ve a sí misma. Tanto los edificios Empire State y Chrysler, construidos durante la Gran Depresión, se celebraron en su tiempo como emblemas de la fortaleza de la ciudad. La Torre de la Libertad, la contribución más notable de nuestro tiempo a la línea del horizonte, es un símbolo de la postura y la conveniencia política. Y ahora una alternativa real a la misma, uno de los diseños de rascacielos con más encanto de la memoria reciente, bien se puede perder debido a que algunas personas les preocupa que no hay nada en nuestra época actual se pueda llegar a medir con el pasado. Es una mentalidad que, una vez que se afianza, conlleva el riesgo de la transformación de una ciudad viva en un mausoleo urbano"
El proyecto es fruto del primer premio del concurso organizado por el MOMA en 2007. Originalmente se trataba de una torre de 75 pisos para un solar de 5181 m2, comprendiendo un hotel de 7 estrellas de 100 habitaciones, 120 viviendas y una extensión de 15.240 m2 de las galerías de MoMA, que no da el caso por cerrado. “Todavía no tiramos la toalla”, dicen fuentes del museo de arte moderno. Como aún ha de pasar por el consejo municipal, no consideran definitivo el recorte, construcción compartida con el promotor Hines. El contexto de crisis les ha dado un margen de negociación. Las obras aún no tienen calendario, añaden. Pero el MoMA es una de las grandes atracciones y, por tanto, con capacidad para presionar. También se le atribuye al rival. “Detrás hay mucho negocio”, sostienen las citadas fuentes.
Más información: New York times

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