Mercado en Aarau. Miller+Maranta

La construcción del mercado a base de costillas de madera delinea el volumen del edificio, otorgándole su forma definitiva. El pilar central organiza el espacio interior y, con su fuerte presencia, le da un acento especial. Resaltando la importancia de la idea constructiva y espacial del edificio, el pilar es el elemento central del diseño.

El proyecto para un mercado en la Färberplatz (la Plaza de los Teñidores) de Aarau ocupa el largo callejón entre los anillos de las murallas externa e interna, en el muy frecuentado pasaje de Graben (Zanja) hacia el Schultheissenhöfli (Plaza Mayor). El angosto trazado de la calle está estructurado por el nuevo edificio en espacios variables: la calle Zeischen den Toren (entre las puertas) se acerca al edificio hacia el noreste y el ensanchamiento de la vía se convierte en la plaza principal para el edificio público. De forma simultánea, el pasaje desde Graben hasta la ciudad histórica interior se mantiene a través de la nueva fachada. El mercado en sí mismo traza el diseño de una ciudad orgánica en su forma exterior y crea las dos calles a lo largo de los anillos de las murallas. Tras de sí, el edificio deja un espacio para una pequeña plaza con árboles, invitando al paseante a pararse y descansar bajo los castaños a una cierta distancia de la actividad del frente.

La construcción inusual a base de muchas costillas de madera, numerosas y simples, delinea el volumen del edificio, otorgándole su forma definitiva. Mirándolo desde un ángulo obtuso, su forma esbelta y alargada genera un edificio de superficie unitaria. Sin embargo, si la fachada se mira desde un punto de vista vertical, se puede ver a través del mercado.

De manera simultánea, visto desde dentro, la construcción genera una envolvente para la plaza cubierta que se convierte en un espacio interior. El pilar central organiza este espacio y, con su fuerte presencia, le da un acento especial. Resaltando la importancia de la idea constructiva y espacial del edificio, el pilar es el elemento central del diseño.

La madera de abeto Douglas ha sido tratada con aceite natural que se mezcla con los pigmentos de cobre. De este modo la construcción está protegida mientras su color contribuye a contextualizar el mercado con la zona vieja de la ciudad. De forma simultánea la coloración metálica crea un efecto iridiscente cuando el mercado se ve desde distintos ángulos y le proporciona un carácter más noble. En su diseño, el mercado es una reminiscencia de los espacios medievales con los que estamos familiarizados como los graneros o los almacenes, pero es al mismo tiempo una expresión de nuestro tiempo.

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Via: tectonicablog.com